Por fin en Gaza

Cuando el pasado 18 de Agosto, el ente nazi sionista terrorista, llamado Israel (a partir de ahora me referiré a él como Israhell), comenzó una nueva ola de bombardeos sobrela Franjade Gaza, decidí que esta vez no me iba a limitar a secundar las movilizaciones de rechazo que se llevaran a cabo en Málaga. Esto parecía que iba a ser el inicio de una nueva campaña como la de Diciembre de 2008 a Enero de 2009, y que fue conocida con el nombre de Operación Plomo Fundido, y que supuso el asesinato de unas 1.500 personas, 400 de ellas, niños.

En esta ocasión decidí asumir otro rol, y trasladarme hasta este trocito de Palestina, tan injusta e insistentemente castigado por Israhell, con la pasividad cómplice de todo el llamado mundo civilizado, jugando en este terreno un papel especialmente ignominiosola Unión Europea.

Afortunadamente, mi análisis fue erróneo, y esto “sólo” fue una operación de las habituales, en las que “sólo” asesinaron a algunas decenas de palestinos, entre ellos a varios niños.

Me puse en contacto con dos amigas que viven en El Cairo, y les pregunté por las posibilidades de pasar a Gaza por Rafah. Me indicaros que sería difícil, pero que si yo lo intentaba, ellas lo harían conmigo.

Busqué dinero para hacerlo, compré el billete de avión, y en la madrugada del 25 de Agosto llegué a El Cairo.

Natalia, una de mis dos amigas aquí, me vino a recoger al aeropuerto, y me llevó al hostal en el que ella se albergaba, y en el que me había reservado plaza.

Al día siguiente me encontré con Miriam, mi otra amiga en El Cairo, y juntos iniciamos un proceso burocrático que no parecía tener fin. Durante esos días me acordé bastante de “Las Doce Pruebas de Axtérix”, en él, los romanos someten a Axtérix y Obélix a una serie de pruebas que van superando con relativa facilidad, hasta que chocan con la burocracia, ahí estuvieron a punto de rendirse, y sólo con grandes dosis de la pócima mágica de Panorámix, consiguieron ganarle a ese gran gigante. Os garantizo que si se hubieran topado con la burocracia egipcia, ni con la pócima de Panorámix, ni con toda su familia haciéndoles la ola, lo hubieran conseguido. Es terrible, frustrante, agotadora…

Estos trámites me han supuesto como cuatro semanas de espera, llegué a pensar que jamás obtendría el permiso. Me citaban un día, y cuando iba, simplemente me decían que aún estaba en estudio por los servicios de inteligencia, que volviese en tres o cuatro días. Y Así, una vez, y otra, y otra, no veía el fin, pero al final llegó.

Durante mi estancia en El Cairo, he tenido oportunidad de conocer a muchas y muy interesantes personas, todo han sido muestras de cariño por nuestra actividad de apoyo a Palestina.

También he podido asistir a varias manifestaciones, siendo la más importante una concentración que tuvimos el día 9 de Septiembre en la embajada sionista, y que terminó con el derribo del muro de protección que tenía ésta, con la toma de la embajada por parte de los manifestantes, con la destrucción de los documentos que había en ella, con el incendio de algunas de sus dependencias, y con la huida como las ratas del embajador y su familia, hacia Tel Aviv.

No estuvo mal, aunque también conllevó, que se reactivara el estado de emergencia en Egipto, con el consiguiente recorte de libertades.

Durante mi estancia en El Cairo, ha sido fundamental para mí, el haber estado en contacto con Miriam. Esto me ha permitido poder moverme en el terreno burocrático, su conocimiento de la cultura egipcia, de muchas personas de aquí, del idioma, de las costumbres, etc., ha hecho posible el conseguir mi objetivo. Y por si esto no fuese suficiente, a partir de un momento determinado me dio cobijo en su casa. Realmente, estoy convencido de que si no hubiera sido por ella, jamás lo hubiera conseguido.

Bueno, como os decía, el día 18 de Septiembre nos informaron de que teníamos nuestros permisos, y el 19 partimos hacia Rafah, Miriam y yo.

Salimos a las 5 de la mañana, y tras hacer escala en Al Arish, llegamos a la frontera en torno a las 11.

Aún no había acabado nuestra lucha con la burocracia.

Cuando nos dirigimos a los policías de la entrada, en seguida detectaron que conmigo no podrían avanzar nada, mi dominio de la lengua árabe es de -1, y de la inglesa sólo un poco mayor. Invitaron a Miriam a pasar a las dependencias donde se tenía que revisar la documentación, y a mí me dejaron en el lugar que me correspondía: fuera, en la puerta de la aduana, a pleno sol. El sitio que me había ganado.

A Miriam empezaron a explicarle que nos faltaba un documento de la embajada española, cuando ella les mostró que lo teníamos, alegaron que nos faltaba otro del centro de prensa, cuando también les demostró que teníamos éste, le dijeron que faltaba un informe de la policía secreta, y que nos tocaba esperar. Aquello sonó como “podéis hacer lo que queráis, pero por aquí no pasáis ni muertos” Gracias a la ayuda de uno de los ángeles de la guarda que hemos tenido en este viaje, Abu Ahmed, pudimos ponernos en contacto con un representante de la oficina de prensa, que se personó allí, y empezó a salvar todos los obstáculos que nos fueron poniendo.

Una vez en el lado palestino de la frontera, nos atendió un policía de paisano, muy amable pero algo desconfiado, nos hizo bastantes preguntas respecto al objetivo de nuestro viaje, nosotros tratamos de dar respuestas verosímiles, y nos pidió el nombre de algún contacto dentro de Gaza. Nosotros le dimos el del Dr. Issam, nuestro ángel de la guarda aquí. Lo llamaron, nos avaló, y les dijo que éramos sus huéspedes. Vamos a Gaza, realmente, no es un sueño, lo conseguimos. ESTAMOS EN GAZA.

El Dr. Issam es el responsable de relaciones internacionales dela Universidad Islámicade Gaza, habla castellano perfectamente gracias a su estancia durante cinco años en Salamanca, donde estudió parte de su extensa carrera universitaria. Es una persona muy abierta, simpática, extrovertida, y sobre todo generosa. Creo que es de ese tipo de personas a las que es imposible no querer. Nos lo ofrece todo, cena, cama, amistad,…Nos presenta a personas que nos facilitan nuestra estancia en esta admirable ciudad, y nos ayuda en más de lo que se puede esperar de casi cualquier persona. Sé que esto me está quedando como un panegírico, pero realmente mi agradecimiento a Issam es mucho mayor de lo que expresa este escrito, y sólo con un tremendo esfuerzo estoy evitando ahondar más en este terreno.

Durante la cena en casa de Issam, con su familia, escuchamos una fuerte detonación. Nadie parece darle importancia, le preguntamos al respecto y nos dice que es una bomba, pero que no es cerca de su casa, que no nos preocupemos.

Al día siguiente nos enteramos que esa bomba de israhell había matado a Shaheed Ibrahim Haza, un chiquillo de 12 años que estaba cometiendo el crimen de estar jugando en la calle con unos primos suyos, que también resultaron heridos.

Indudablemente, hemos llegado a Gaza.

Manu, pasajero de la II Flotilla de la Libertad

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