Poemas y canciones en solidaridad con Gaza

La difícil situación en la franja de Gaza, sometida a un brutal bloqueo israelí desde hace ocho años, ha empeorado tras la última ofensiva militar de los sionistas, que dejó más de 2.180 muertos (1.600 de ellos civiles y 538 niños) y una completa destrucción de la franja palestina. En este contexto, el pasado 5 de diciembre se realizó un Festival Solidario en Leganés para apoyar la labor de la Asociación Unadikum en Gaza. Los participantes mostraron su música, su danza y sus textos poéticos como homenaje al pueblo palestino, y pidieron que España no olvide a las víctimas que sufren las consecuencias del genocidio sionista.

Todo comenzó con un mensaje de Cristina: «Irene, tenemos que reunirnos y empezar a hacer algo”. Un sofá, dos tazas de té y una charla. Así nació la idea del Festival Solidario. Poco después, con un café mañanero, se nos unió Soledad. Los fondos económicos para los gastos de papelería y el avituallamiento nos llegaron a través de Yolanda.

Pensamos en los chicos que podían ayudarnos y en cómo. Decidimos que esta vez serían Leganés y Parla. Los convocamos a una reunión a la que asistieron unos 15. Les gustó la idea. Ese fue el comienzo. Y nos volcamos.

Olga, una de las chicas que recitaba, se encargó de contactar con un grupo de danza árabe de Parla en el que bailaba su hermana. En principio dijeron que sí, pero luego se descolgaron. Salvo Raquel, que decidió que ella bailaría con o sin el grupo. Olga, para sustituir a las danzarinas del vientre nos trajo a Sara, que formó Feel the beat y crearon dos temas para la ocasión.

Sara y Ruth, antiguas alumnas mías de Leganés, contactaron con Fany, también antigua alumna, que se trajo a sus amigos de Fuenlabrada y crearon More than six. En este grupo uno de los chicos fue operado de apendicitis y temieron no tenerlo para el día del festival. Adecuaron su baile para que pudiese participar. Le dieron el alta una semana antes y decidió bailar.

Pablo –Neo-, también hizo un tema para la ocasión. Y nos trajo a Guille –Rondo-, al que no vimos hasta el mismo día 5. Pero confiábamos plenamente en él, a través de Pablo.

Javi es incondicional, crea un rap para cualquier ocasión. No podía faltar.

Carlos Escobero se trajo a su grupo Sueño de papel, y también crearon un tema.

Los chicos árabes fueron una sorpresa, un grupo que crecía en cada ensayo. Les pedimos la canción de Unadikum. Ellos trajeron a Roberto, que improvisó su rap mientras los demás ensayaban.

Los presentadores y recitadores son también incondicionales. Mis últimos alumnos de bachillerato. Al principio eran menos, pero fuimos buscando gente para intercambiar voces en las declamaciones. David Martínez Vilches, nuestro poeta de Leganés, escribió los tres poemas del bloque central y decidió que él también recitaba, pero no sus poemas.

Óscar Gómez Maroto, uno de los cámaras –antiguo alumno de Leganés-, se nos unió encantado y con él vinieron otros tres cámaras (Pablo Gómez y Adrián Cabanillas, antiguos alumnos míos, y otro compañero suyo), una fotógrafa (Yolanda) y una chica de sonido (Gema, que se trajo a otras dos para que ayudasen el día del Festival). Así se formó el equipo técnico. Un fantástico equipo que dedicó un día entero a grabar a las chicas de Feel the beat para que puedan presentar un buen vídeo a un concurso.

El cartel nos lo hizo David, estudiante del bachillerato de artes. Un chaval comprometido hasta los tuétanos. También diseñó entradas de Fila cero y los programas que se repartieron en el Festival.

Al nombre del Festival llegamos por consenso. Lo buscamos pensando en Unadikum. Tenía que representar lo que queríamos hacer; a la vez, tenía que tener una traducción bonita, sonar bien en árabe y representarnos a todos por igual.

Hasta aquí todo ha sido perfecto. Y así va a quedar en nuestro recuerdo. Conocer a Samy fue casualidad; que se animase a acompañarnos no fue difícil. Es muy amable y lo hizo con gusto. Contactar con Marwan fue relativamente sencillo, pero se fue complicando poco a poco por un problema personal que le surgió… y traer a Manuel Pineda… una experiencia inolvidable para todos. (experiencia que culminó en la tertulia que organizamos al viernes siguiente en Madrid).

Lo que sucedió el día 5 en Leganés lo recogen las fotos y los vídeos. Allí están las miradas, los gestos, los nervios, las emociones contenidas… y la enorme satisfacción de haber sido capaces de superar todas las dificultades que fuimos encontrando para mostrar al público que nos acompañó, la unión y el compromiso al que habíamos llegado para estar un poquito más cerca de Gaza desde el Sur de Madrid.

¡Muchas gracias a tod@s!

Mira aquí el vídeo de la jornada.

Aquí mostramos algunos de los textos que se escucharon en solidaridad con Palestina, así como algunas de las fotografías del momento.

DE SUEÑO DE PAPEL

Todo comenzó,
Como aquellas historias que nadie desea contar,
Una noche oscura,
Que nadie olvidará
Como una pesadilla,
Que no tiene final

Es algo difícil de explicar
Es algo que nunca entenderás,
Porque aquí dentro yo siempre estaré en paz, de verdad
Disparos en la niebla,
Hoy el miedo llega a la ciudad,
Con tanto ruido aquí,
Quién pudiera gritar
Y se frotan las manos
Porque saben la verdad

Es algo difícil de explicar
Es algo que nunca entenderás,
Porque aquí dentro yo siempre estaré en paz, de verdad
CARLOS ESCOBERO. SUEÑO DE PAPEL


A LAS MADRES DE GAZA

Madres de Gaza, yo no sé si puedo
escribir algo sobre la batalla
de vuestro día a día: la metralla,
la explosión, la crueldad, la sangre, el miedo…

Madres de Gaza, yo no sé si puedo
escribir sobre esto, pues la talla
de mi verso no llega, mi voz calla,
y ante vuestro valor cobarde quedo.

Madres que lloran ante la pavesa
que el fuego ha aniquilado con su flama,
y que la muerte con su frío besa.

¿Dónde Occidente está? ¿Por qué no exclama
contra el acero que a este pueblo apresa,
contra la bota que a esta tierra infama?
DAVID MARTÍNEZ VILCHES


RESISTE

Resiste, pequeño luchador no estás solo,
Tengo la esperanza: el amor siempre vence al odio.
Me pregunto por qué se trastocó esa pureza infantil,
Se equivocaron ya pasó, hoy toca construir.
Créeme, siento tus heridas como si fuesen propias,
mi corazón encogido y ellos no pierden la sonrisa,
miro a mi hermana y me transmite esa pureza,
la vitalidad y la alegría de esas bellas criaturas.
El mundo es muy complejo y ellos son muy frágiles,
bombardearon escuelas. ¿Dónde están los derechos civiles?
No quiero ver a otro padre enterrando a su hijo,
ayudemos a los hospitales, iluminemos el camino.
Te mentiría si dijese que no quiero que padezcan los culpables,
pero la violencia no es la solución, seria cometer los mismos errores.
El bienestar de los pequeños será la mayor recompensa,
su futuro dudoso; despejemos esa incertidumbre,
me arden los ojos; no quiero ver más violencia,
arropemos a esos críos como lo harían sus madres.
Tengo fe porque luchamos por la causa,
son tiempos débiles y esos niños luchan con todas sus fuerzas.
No os dejaremos solos. Palestina clama.
Los verdaderos héroes no llevan capa,
están salvando vidas en hospitales de Gaza. Resiste.
ROBBERTO


EL NIÑO QUE FUE LUNA

Quizá nací en el lugar equivocado
Entre el odio dormido y el odio que despierta,
Entre el cazador y la presa,
Y Fui preso
en el presente
de la prisa
Aprendí pronto que en la vida somos cojos sin muletas
Quise sacar el jugo a ser un niño, y jugar
embarcar en tantos barcos como pudiera abarcar
Ver en el viento el bien, oír un «ven» que nunca vi,
Oler un grano de café
Saborear lo que perdí
Yo creía que ser niño era recibir regalos
Sonreír, sonreír al son, reír en el raíl del Sol y sus rayos
En meter gol en el campo, en campar a mis anchas
En acampar bajo un árbol y en soñar bajo la manta
Llegué aquí creyendo que quizás me enamoraría
De la chica que lee en el tren o de una melodía
De la voz que me guíe por la vía de miradas aladas en silencio y en versos de sangre fría
Sólo quería ver llover
Quería una tarde de domingo con mucho que sentir y nada que hacer
Quería madrugar un lunes y notar el cansancio
El instante en el que decides levantarte a las tantas
Y tanto
Y tanto
Y tanto que contarte,
Tantos infiernos en vida y no vi ni un solo Dante
Y vi tanto en tan poco tiempo,
formé en tu firmamento,
mas la tierra firme firmó
Y se fundió el cemento
Se encendieron las velas
De los barcos que no piloté,
Se incendiaron las aguas del mar de tus ojos y sé
Que mi error fue pensar que por nacer
me libraría de la amenaza del amanecer
Y ahora lo veo, mientras el fuego florece como un árbol, mientras el cielo me mira con un rostro hierático,

Solo quería beber lo que vi,
Sentir un «lo siento»,
Desvestir
la lencería de un silencio
Quizá escribir un libro, ser libre,
Abrirme por dentro hacer crujir a mis anhelos de mimbre
Hay tanto por descubrir tantos laberintos en los que perderse era la única manera de salir
Y tanto
Y tanto
Y tanto que dejé
Como la flor muerta de sed que bebió la tierra
Y tanto
Y tanto que me dejó
Como el te quiero que desató esa guerra
Entre los dos
Cuando el hacha del verdugo se quedó sin voz
Y qué pronto se hizo tarde
Qué pronto me convertí en la Luna
A la que la sangre aulló

Quería mirarte, ganarte y perderme,
Quería ser puntual en el retraso de un beso que llega tarde
Quería estar agotado
No poder ni moverme del cansancio de intentar a tientas con tinta contenerme
Montar en taxi y decirle «siga a ese sueño”
Y no pare hasta que las ruedas revienten
Revienten sin más, por eso quise reinventar,
ser a tu piel como el aire es al gas
Ser al papel como un timón es al mar
Como un ciclón, quise ver a la vida y a sus ciclos pasar de largo y alcanzarlos
como un galgo en forma de canción
a tender en la terraza los rayos del sol
Tender Las notas del son,
Tender la ropa de ayer
y tender a pensar, Tender a imaginar en tal vez,
Sólo tal vez en qué quiero hacer de mayor
¿Qué quiero hacer de mayor?
¿Qué quiero ser de mayor?
Simplemente quiero ser, ¡quiero ser mayor!
Y crecer, y prenderme, pero no fuego, prenderme de los campos verdes
Prenderme de ti,
De lo que nunca leí,
Prenderme de lo que nunca aprendí
Ser el mensaje y a la vez emisario
Ser poeta y a la vez el poemario
de los versos que invirtieron al corazón y su latir
Ser la latitud del mapa y a la vez el Corsario y tanto
Y tanto que dejé
Como la flor muerta de sed que bebió la tierra
Y tanto que me dejó
Como el te quiero que desató esa guerra
Entre los dos
Cuando el hacha del verdugo se quedó sin voz
Y qué pronto se hizo tarde
Qué pronto ascendía a transformarme en la Luna a la que la sangre aulló
Quise viajar hasta gastar mis suelas
Pero no pude
Cantar hasta acabar sin voz
Pero no pude
Ser raíz, rama y fruto
Pero no pude
Llegar al final del camino
Pero no pude
Porque nací cuando murió la justicia
en una tierra regada con sal y sangre
Porque fui un niño en un mundo de bestias
Porque la muerte me acunó antes de despertarme
PABLO LAPEÑA

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